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Las autoridades sanitarias y los profesionales sanitarios deben constituir la fuente primaria de información sobre los medicamentos.
Los pacientes han de tener acceso a información independiente, no sesgada y comparativa, pero no a la diseñada para conseguir ventajas competitivas por parte de las compañías farmacéuticas.
La Comisión Europea ha presentado una nueva propuesta con el fin de aclarar la información que la industria puede dar al público sobre los medicamentos de venta con receta.
En anteriores Boletines “Europa al día” hemos informado sobre la modificación del paquete farmacéutico que presentó la Comisión Europea en el año 2008, centrada en tres aspectos regulados por la Directiva 2001/83/CE y el Reglamento 726/2004 , que son:
Tanto los medicamentos falsos como la farmacovigilancia ya disponen de Directivas específicas pero la propuesta sobre información al público fue rechazada por la mayoría de los Estados miembros, ya que pretendía permitir a las compañías farmacéuticas la difusión de información al público en general acerca de sus medicamentos sujetos a prescripción médica. En algunos países como Suecia o Dinamarca estas propuestas planteaban problemas constitucionales al estar prohibido todo el control previo de la información.
Las propuestas de modificación de la Directiva 2001/83 y del Reglamento 726/2004 que presentó la Comisión Europea en 2008, se proponían específicamente establecer un marco claro para el suministro de información al público en general sobre los medicamentos de venta con receta por parte de los titulares de la autorización de comercialización de dichos medicamentos, con vistas a racionalizar el uso de los mismos, garantizando al mismo tiempo que el marco legislativo siguiera prohibiendo la publicidad directa a los consumidores de los medicamentos que se dispensen únicamente con receta médica.
El Parlamento Europeo aprobó el 23 de noviembre de 2010 las propuestas de Reglamento y Directiva en primera lectura y marcó la siguiente orientación:
El texto aprobado en primera lectura del Parlamento Europeo, si bien ha controlado algunos de los efectos no deseados incluidos en la propuesta de la Comisión como eliminar la diseminación a través de los medios comunicación, mantiene el principio básico del derecho de las compañías a informar de sus productos y añade la necesidad de controles burocráticos estrictos que pueden tener una carga administrativa desmesurada.
Por su parte, el gobierno español ya expresó sus reticencias a esta propuesta legal en su fase de consulta pública, siendo los motivos fundamentales los siguientes:
Las propuestas revisadas que ha presentado la Comisión el pasado 11 de octubre, constituyen una modificación de las formuladas en 2008, y responden a la petición del Parlamento Europeo. Se mantiene la actual prohibición de la publicidad de los medicamentos de venta con receta y además, se contempla lo siguiente:
No existe versión española de estas propuestas revisadas que se debatirán ahora en el Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros.